Los azulejos son productos elaborados con materiales naturales. Son higiénicos, antialérgicos, antiadherentes, resistentes, impermeables y sus posibilidades decorativas son infinitas. Hace siglos que se utilizan y no pasan de moda porque se adaptan a las nuevas tendencias.
También son longevos y a no ser que se rompan, es fácil hacer que parezcan como nuevos. Para recuperar el brillo y esplendor de azulejos de cocina y baño hay técnicas y también trucos:
En la cocina…
El problema es la grasa. La forma técnica de limpiarla es con un producto disolvente especializado. El truco es diluir un tapón de amoníaco en medio litro de agua (es más efectivo con agua caliente, pero hay que protegerse de los vapores) y aplicarlo por los azulejos con una esponja. Como no daña el esmalte, no es necesario enjuagar, simplemente pasar un trapo húmedo primero y uno seco después, frotando ligeramente para recuperar el brillo. Para un extra de brillo se pueden frotar con un trapo con polvos de talco.
En el baño…
El problema es la cal. Hay productos antical especializados, pero también un truco de toda la vida: vinagre y limón. Un vaso mediano de vinagre y el jugo de medio de limón disueltos en medio litro de agua fría. Se aplica por la zona con una esponja, que actúe durante cinco minutos y se retira con un trapo húmedo. Terminamos repitiendo el proceso anterior: se pasa un paño húmedo primero y uno seco después. Aplicar talco si se quiere más brillo.
Mantenimiento de las juntas
Es fundamental que las juntas de los azulejos, tanto en el baño como en la cocina, estén limpias. Una razón es la estética, pero otra más importante es la higiene. En las juntas es donde se acumulan humedad y suciedad en contacto con el cemento, que es un material poroso que las va absorbiendo.
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